Una forma distinta y original de comer el calabacín es cortarlo en forma de tallarines y acompañarlo de una deliciosa salsa. En este caso he optado por una salsa de queso gruyere.
Para hacer los tallarines de calabacín uso un pelador de patatas y voy cortando tiras finas a lo largo de todo el calabacín. Hago tiras hasta que el calabacín se estrecha tanto que ya no puedo. Estos trocitos los guardo para otras recetas.
Lo ideal, para hacer estos cortes, es tener un espiralizador (rallador en espiral). Pero como en casa aún no lo tenemos hay que apañárselas con el pelador de patatas. Aunque está en mi lista de deseos, al igual que el extractor de zumos 😂.
La salsa que acompaña estos tallarines de calabacín se la conoce con el nombre de salsa mornay y por internet circulan diferentes versiones. Yo aprendí a hacerla leyendo el libro de Michel Roux “Salsas dulces y saladas”. Además la versión que nos propone Michel es mucho más ligera ya que no lleva ni huevo, ni crema de leche.
Para la salsa mornay solo necesitas: leche, mantequilla, sal, nuez moscada y queso. Basicamente hay que elaborar una salsa blanca ligera (bechamel) a la que se le añade el queso. Es una salsa todo terreno ya que la puedes usar de acompañamiento tanto en pastas como en verduras, huevos y carne. Espero que te guste tanto como a mi.
- 3 calabacines de 400 gramos (saldrán 300 gramos de tallarines )
- 200 ml de leche
- 13 gramos de harina
- 13 gramos de mantequilla
- 72 gramos de queso gruyere rallado
- Sal
- Una pizca de nuez moscada
- Lava y corta el calabacín en tiras y resérvalo.
- Pon a calentar en un cazo la leche. Mientras tanto funde la mantequilla en un cazo a fuego medio. Luego añade la harina a la mantequilla fundida y remueve constantemente con ayuda de una cuchara de palo. Hay que tostarla ligeramente, sin que coja mucho color.
- A continuación añade la leche, la sal y la pizca de nuez moscada. Tienes que ir removiendo con unas varillas, hasta que la bechamel se vaya espesando y desaparezcan los grumos.
- Cuando la bechamel haya cogido consistencia, baja el fuego al mínimo e incorpora el queso rallado. Lo remueves, rectificas de sal y listos.
- Pon un poquito de aceite en una sartén y calienta los tallarines unos segundos, para que se ablanden un poquito y estén calientes.
- Emplata los tallarines de calabacín y añade la salsita de queso por encima.
He visto que en la mayoría de las webs para hacer los tallarines, le quitan la piel al calabacín. Yo prefiero no hacerlo, además le da un toque de color al plato.
El tiempo de elaboración se reduce muchísimo si tienes un rallador en espiral.
Puedes utilizar otro tipo de queso como parmesano, cheddar o cualquier queso que se funda bien y que tenga un sabor fuerte.
Si crees que la salsa te ha quedado muy espesa puedes rectificar añadiendo un poco más de leche.
Si no te gusta el calabacín puedes hacer los tallarines con zanahoria o bien utilizar pasta.
Riquísimos! Fácil de hacer y rápido. También los hemos comido con salsa de tomate, pero guardo la salsa de queso para acompañar cualquier otro plato. Me encanta!
Victoria
¡Estupendo!! Ya me dirás cuando hagas la salsa de queso que te parece.
Besotes y feliz fin de semana.